¿Qué Pasa?

¿Al ‘San Andrés’ lo asesinaron por negarse a ingresar a Los Costeños?

Desde octubre del año pasado, Omar Murillo Agudelo tenía orden de captura por el delito de extorsión.

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A pesar de estar muy bien encaletado en una casa situada en un sitio recóndito del barrio Santa María, hasta allá llegaron la semana pasada dos hombres a ofrecerle ‘trabajo’ a Omar Alfredo Murillo Agudelo, de 37 años, un exconvicto, exmiembro de bandas criminales que tenía orden de captura vigente por extorsión.

El “trabajo” consistía en regresar a la delincuencia e integrarse a una banda criminal que opera en Barranquilla, al parecer los Costeños, que tiene como capos a Digno Palomino y Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias ‘Castor’.

Al parecer el ‘San Andrés’, como le decían a Omar Alfredo, se negó y les respondió que por nada del mundo iba a volver a delinquir, porque nunca más iba regresar a una cárcel. Los ‘reclutadores’ se marcharon molestos y le hicieron una advertencia: “o camellas con nosotros o te matamos”.

Omar Alfredo era barranquillero, pero durante la mayor parte de su vida residió San Andrés, de ahí su remoquete. Durante su etapa en la isla fue judicializado y estuvo preso algunos años, señaló un investigador judicial.

Y la amenaza se cumplió. A las 2:30 de la madrugada de ayer el ‘San Andrés’ fue asesinado de tres disparos en la cabeza, mientras fumaba en la ‘terraza’ de su casa, un cambuche localizado en la calle 90B con carrera 10 sur, barrio Santa María, un sector de difícil acceso junto a un arroyo.

Fayrimar Delgado, compañera sentimental de Omar Alfredo, relató que su marido dormía con ella cuando empezaron a sentir el piquete de los zancudos, y a sufrir porque el repelente se les había acabado.

“Entonces él sale a la puerta a fumar y prender basura para espantar los mosquitos con el humo. Yo no sentí cuando se levantó porque estaba dormida, de pronto escuché los primeros disparos. Me desperté, pero no me asomé por miedo. Cuando salí no lo vi por ningún lado, caminé un poco y lo encontré tirado, muerto”, relató la mujer oriunda del estado de Valencia, en Venezuela.

La pareja tenía poco más de un año de residir en Santa María.

Omar Alfredo sabía que tenía una orden de captura en su contra desde el 30 de octubre del año pasado, y por eso se quedaba en la casa y se dedicaba a la panadería, mientras su mujer salía a trabajar ‘haciendo uñas’ y arreglando cabellos a domicilio.

“Él hacía deditos y los vendía por encargo, por eso la gente lo conocía en el barrio”, recordó la mujer, que tenía un año y medio de convivencia con Omar Alfredo Murillo Agudelo.

La pareja no tenía hijos juntos, pero el San Andrés dejó dos niños que residen en la isla de San Andrés con el resto de sus familiares.

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