¿Qué Pasa?

Policía guajira salva a un secuestrado gracias al wayuunaiki

Nolenis Bonivento pudo analizar e interpretar las comunicaciones de los secuestradores quienes hablaban en idioma wayuunaiki.

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La ganadora del premio a la excelencia como mujer policía, fue para la patrullera wayuu Nolenis Sofía Bonivento Camargo, quien logró la liberación de un secuestrado en Maicao, gracias a su lengua, el wayuunaiki.

Nolenis, de 26 años de edad, pertenece a la Dirección Antisecuestro y Antiextorsión de La Guajira y fue premiada por la Fundación Sumamos por Colombia, organizadora del evento.

Ella colaboró activamente en la liberación del paraguayo libanés Alí Mahmoud Ahmed, quien fue secuestrado en junio del 2019 por sujetos que pertenecían a la etnia wayuu.

La patrullera logró analizar e interpretar las comunicaciones de los secuestradores, lo que permitió ubicarlos y liberar a la víctima en septiembre del mismo año.

“Uno de mis propósitos al ingresar a la institución fue servir a los demás, luchar por el bienestar de los ciudadanos y eso fue lo que hice”, manifestó Nolenis sobre el secuestro, flagelo que según dijo, no debe sufrir ninguna persona.

El secuestrado le agradeció y manifestó que “el día de mi rescate, mi familia y el Gaula de la Policía, me comentan que hubo una persona muy especial que logró el 95% del trabajo y era la patrullera”.

Nolenis dijo que el trabajo fue complicado para el equipo ya que las conversaciones eran en wayuunaiki. “A mi sin embargo, se me facilitó traducir e interpretar lo que decían, por lo que fue posible ubicar el lugar donde estaban”, explicó.

El comerciante secuestrado estaba en una vivienda ubicada en una comunidad indígena en el Cerro de la Teta, Alta Guajira, hasta donde llegaron grupos especiales del Gaula de la Policía, el Ejército y la Fuerza Aérea para el operativo de rescate.

Cuando finalmente se logró su liberación, se dieron cuenta que eran dos niños wayuu de 8 y 12 años de edad, los que estaban custodiando a la víctima.

“El grupo delincuencial conformado por ciudadanos venezolanos y, lamentablemente, por indígenas wayuu, estaba exigiendo 2.000 millones de pesos por la liberación de esta persona”, informó el Gaula en esa oportunidad.

La patrullera, de la etnia Epiayu, dice que su trabajo le gusta mucho y que la mayor recompensa, es poder darles tranquilidad a las familias de las víctimas. “Me conformo con el saludo de los niños, la sonrisa de las personas, todo eso es una voz de aliento para seguir trabajando”, expresó.

La patrullera concursó con una teniente de Cúcuta y una subteniente de Tunja. Afirma que se siente muy orgullosa por haber obtenido el premio, no solo para ella, sino para la institución. “Es una gran satisfacción”.

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